Casa Zapotitlán

El refugio que abraza la montaña y el río

En Zapotitlán nos encontramos con un terreno desafiante: una colina atravesada por un río, con piedras tan imponentes que fue necesario dinamitar para poder construir. Lo fácil hubiera sido rendirse, pero el reto nos inspiró a crear una obra que no solo resistiera, sino que se fundiera con la fuerza del paisaje.

La pendiente nos regaló la oportunidad perfecta para diseñar un sótano que no solo resolviera el parqueo, sino que se convirtiera en la base sólida de la casa. Sobre él, un cuarto de visitas da la bienvenida, mientras la vida familiar se abre en espacios llenos de luz: sala, comedor, cocina y habitaciones privadas, cada una con su propio baño.

El corazón del hogar está afuera: una piscina en desnivel que invita al descanso, un bar bajo una pérgola de 12 metros y un jacuzzi donde el tiempo parece detenerse. Desde allí, la vista se desliza suavemente hasta el río, recordándonos que esta casa nació para convivir con la naturaleza y no para dominarla.